Uno de los rincones más hermosos de Cádiz es, sin lugar a dudas, la Alameda Apodaca. Lo que quizá pocos conozcan el origen del nombre, que proviene Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza Gastón de Iriarte López de Letona y Lasquetti. I Conde del Venadito, 61º y antepenúltimo virrey de la Nueva España.
Nacido en una familia de mercaderes adinerados entró en la Armada como guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz en 1767 y con 15 años embarcó en el navío corsario San Lorenzo y posteriormente en el Triunfante. En 1770, ya como alférez, realiza su primer viaje a América, iniciando una relación que le llevará a lo más alto del escalafón español al otro lado del Atlántico. Pero su vida militar –siempre vinculada a la Armada- le devolverá a Cádiz y durante la guerra con los ingleses participará en las luchas del Estrecho de Gibraltar. Su vida cambiará definitivamente en 1781 cuando sea ascendido a capitán y se le otorgué el mando de la fragata Nuestra Señora de la Asunción, con la que –terminada la guerra- navega hasta Filipinas para llevar la noticia de la paz.
En 1796 se reinicia la guerra con los ingleses y será entonces cuando se produzca uno de los acontecimientos más importantes en la vida de Apodaca. Se vio rodeado por la escuadra de Jervis en el cabo de San Vicente, pero aprovechando la niebla del amanecer logró escapar y buscar refugio en la ría de Vigo. Perseguido por los británicos se le solicitó rendición pero, en vez de acobardarse, dejó que el parlamentario británico observara las defensas que estaba realizando ante las cuales la escuadra británica salió de la ría. Pero Juan José Ruiz de Apodaca decidió perseguirlo y logró capturar una de las naves inglesas. Ante su hazaña el gobierno le ordenó marchar a Ferrol, bloqueado por una escuadra enemiga que, pese a todo, fue burlada y Apodaca arribó al puerto, donde tuvo que abandonar el barco por el mal estado en el que había quedado.
En de marzo de 1807, después de haber navegado por todo el Mediterráneo a bordo de diferentes navíos y de haber ocupado la dirección del Arsenal de la Carraraca, se le concedió el mando de la escuadra del Océano y en 1808 logró vencer la escuadra francesa del almirante Rosily. En enero de 1809 fue enviado a Londres para entablar negociaciones de paz y crear una alianza para luchar contra el invasor francés que culminaron en Tratado de Londres, de 14 de enero de 1809.
En febrero de 1812 pasó a la isla de Cuba como capitán general y gobernador de La Habana, y en septiembre de 1816 fue nombrado virrey de Nueva España. Pero la lucha por la Independencia ya había comenzado y Apodaca tuvo que enfrentarse a los insurrectos, pero su carácter diplomático pareció acallar la revuelta hasta la llegada de Mina a México. Será en su lucha contra el guerrillero Francisco Javier Mina, al que vencerá, donde obtenga el título de conde del Venadito. Pero en 1820 el virreinato es suprimido por el Gobierno y Apodaca pasa a ser Jefe Político Superior de Nueva España, con un ámbito jurisdiccional mucho más reducido, y en julio de ese mismo año, tras mostrar su desacuerdo con la Constitución del 12 que volvía a estar activa, Apodaca es depuesto en su cargo. Finalmente Apodaca volvió a España, estableciéndose en Madrid donde fallecería en 1835.