-¡Quitádmelo!¡Quitádmelo! –gritaba Fat dando vueltas sobre sí mismo como un perro intentando morderse la cola -¿Qué es? ¿qué es? Los hombres se reían, viendo al capitán girar cual peonza hasta que el lento, pero impasible, movimiento terminó con el grueso capitán rebotando contra las tablas de cubierta. Bocarriba trataba de coger aire y recuperarse deSigue leyendo «El conde de Montesimios»
Archivo de etiqueta: La Marabunta [Relato]
Combate Singular III
Dos minutos, dos angustiosos minutos durante los cuales Marco Antonio y lord Corba corrieron por cubierta cortando los cabos que unía a La Marabunta al galeón de Jappy. Dos minutos en los que Mutambo miraba por la borda angustiada esperando ver emerger la cabeza de su no-amado Borough. Dos minutos en el que la RubiaSigue leyendo «Combate Singular III»
Combate singular II
Las tablas crujieron bajo el peso de los hombres. Fat lanzó una punta, se movió torpemente a la derecha, fintó a la izquierda, lanzó un tajo… pero cada ataque era respondido por Jappy . El ruido de las espadas al chocar llenaba el silencio tensó de los hombres que observaban atento cada gesto y movimientoSigue leyendo «Combate singular II»
El combate singular
-Combate singular, ni combate singular –refunfuñaba el capitán Fat mientras los hombres de uno y otro navío lanzaban planchas de uno a otro- Eso es muy estrecho, nos vamos a caer. El conde de Montesimios le miraba desde su embarcación: lo brazos en jarra, la mirada fiera, el sudor perlando su cuerpo. Vestía un jubónSigue leyendo «El combate singular»
El conde de Montesimios
Los barcos se acercaron, los hombres corrían y gritaban en castellano, inglés, francés, haitiano y una suerte de dialecto que se hablaba al este de Cádiz. -Fuaera, la que no va a cae encima –se escuchó desde las jarcias. -Boooomba- gritó el Nutria desde el carajo- Eso es una bomba. La primera de las balasSigue leyendo «El conde de Montesimios»
El conde de Montesimios
-¡Maldito seas una y mil veces, Fat! –gritó Vasques airada- ¿No había nadie más a quién enfadar en aquel tugurio? -Alguno más había- dijo inocente el capitán. -¡TE MATO! Te mato antes de que nos maten ellos. Te cuelgo en lo alto del palo mayor y te mando al carajo en bolsitas de aspillera…. ¡malnacido,Sigue leyendo «El conde de Montesimios»
El conde de Montesimios
-Pesa demasiado, Fat- gritó Mamonuth. -¡Ya lo sé!, pero no es el momento de hablar de mi peso –reconoció el capitán- ya habrá tiempo de perderlo cuando esos nos cojan. Estoy seguro –miraba al navío que les iba a la zaga- que no dudarán en mandarme a pasear con la vieja de la guadaña hastaSigue leyendo «El conde de Montesimios»
El Conde de Montesimios
-¡Levad anclas! ¡Desplegar velas! ¡Nos vamos!- gritó Fat avanzando en lenta carrera sobre la cubierta de La Marabunta -¡Vamos, vamos! Por allí mismo –dijo señalando el mar- Dónde sea, pero fuera de este puerto. Sus hombres lo miraron, atónitos, no tanto por la premura con la que mandaba poner pies en polvorosa como por verloSigue leyendo «El Conde de Montesimios»
La Marabunta
-Aju la virgen –dijo Marco Antonio –vaya destrozo.-Aja- respondió silencioso el Nutria rodeado de tres hermosas mujeres que no dejaban de acariciarle.-Deberíamos pararlas, ¿true? – preguntó sir Charles.-Yo no me meto en medio- respondió Mamonuth-Ni de coña- confirmo Borought –ni de coña.-ummmm – simple gesto de afirmación de El Fantasma.-¡Hagamos una fogata!- propuso Bilbo-¡Que osSigue leyendo «La Marabunta»
Las señoras
Las puertas se abrieron y el filo de las espadas brilló a la luz tintineante de las velas del harem. Las mujers se aferraron a los cuerpos de los invasores, temerosas de la ira del Sepin. El Capitán Fat alzó su espada y caminó al centro de la sala. A su diestra Vasqués, a suSigue leyendo «Las señoras»