Y hoy nos sentiremos de Primera. Después de años recorriendo campos de mala muerte, en lugares perdidos en el pozo de la segunda B, hoy volveremos a creernos el Cádiz.
Lo normal es que nos caigan unos cuantos goles en contra porque pocas veces David vence a Goliat. Pero aún así, lo disfrutaremos y mucho. Al menos yo, que soy asiduo a Carranza, hoy disfrutaré. Como un crío con una piruleta o un endocrino poniendo una dieta.
Así que hoy, vamos Cádiz, y lucha. Solo pedimos eso: sacrificio y entrega. Así aunque el sueño no se cumpla, no será por nuestra culpa.