Y miró por encima de su hombro. Silenciosa, como siempre, con su media sonrisa iluminandole el rostro.
Y cerró sus ojos verdes regados de notas marrones, como la miel joven. Silenciosa, como siempre, con su media sonrisa iluminando su rostro.
Y suspiró. Y él con ella. Silenciosos, como siempre, con sus medias sonrisas iluminando el mundo.