El castillo de Santa Catalina de Cádiz tiene una larga historia dese que, en 1596, tras el asalto anglo-holandés que asoló la ciudad, Felipe II ordenase su construcción. La fortaleza estrellada que cierra la Caleta, fue proyectada por el ingeniero Cristóbal de Rojas (y sirvió de base para una larga red de fortificaciones americanas, por cierto). Sin embargo, desde que fuera concluida su construcción en 1621 hasta la actualidad, pocas veces sintió necesidad de actuar para lo que fue concebido, esto es, defender la ciudad.
Lo que quizá sea menos conocido, pues entre tantos grandes nombres, se suelen perder los hombres; es que Santa Catalina fue lugar escogido para encarcelar a cientos de Testigos de Jehova, que en un pasado donde la objeción de conciencia estaba prohibida, se opusieron a realizar el servicio militar. Delito este condenado con 12 años de prisión que muchos pasaron entre los muros de la vieja fortaleza gaditana.