Con esto de la crisis, y viendo las barbas de mis amigos cortas, he decidido poner las mías a remojar y ya llevo un tiempo apuntado en la Escuela Oficial de Idiomas para aprender la lengua de Isabel II. ¡En mala hora las tropas de D. Felipe II se hundieron en el mar y no conquistaron la Corona de Isabel, entonces I, de la perfida Albión.
Pero he aquí que le he encontrado una utilidad a esto del idioma: poder decir «no gracias» con educación y saber y no con «vete al caraho, pisha» que el inglés de turno no entenderá. Así que he decidido pedirle al profesor que me explique clarito y bien como se proncia correctamente «I’m not going to go to your room with you, thanks. I’m not gay» porque visto el gran atractivo que tengo para cierto sector del mundo gay más vale prevenir que curar. Y la frase de marras -o similar- ya he tenido que soltarla en Budapes, Cracovia y, por dos veces, en Cádiz, la última hace solo una semana cuando un anciano salidorro comenzó a acariciarme la patilla en la línea 2, justo a a las 2.
Aviso para navegantes: el viejo suele frecuentar esa línea, llena de jóvenes universitarios a esas horas cuadno vamos todos más juntos que con Falete en un ascensor