¡Que pestiño de Carnaval!

Cádiz tiene esas cosas, casi no ha terminado la Navidad y ya estamos de carnaval, con presentaciones en Madrid de la fiesta popular y en Cádiz del pregonero de la Semana Santa. Esto es un sin vivir, de fiesta en fiesta y tiro papelillos. Luego dicen que hay paro en la ciudad ¡mentira! son vacaciones de navidad, perdón de carnaval.

Ya ayer comenzó con la pestiñá ¡que pestiños de Carnaval! nos queda más de un mes de sufrir cambios en las radios y televisiones locales. Sobre todo cuando comience el eterno concurso del Falla que tantas colas ha dejado días atrás. Se acabó lo que se daba, desde ahora todo serán letras, coplas y criticas vacías de fuerza de lo mal que lo hacen los políticos y lo bonita que es la ciudad. Así hasta el Sábado grande, cuando la ciudad se  llene de turistas de una noche, llegados en trenes y autobuses para el mayor botellón permitido de España. Mientras, y durante casi un mes, el gaditano se echará a la calle, gastará lo poco que ya le queda después de Reyes en moscatel y comidas, y se olvidará de los males que acucian a esta ciudad. 

Y eso me da pena, porque gastamos la fuerza que esta ciudad y sus habitantes tienen en solo dos semanas al año. Hemos convertido el ser buen gaditano en ser cadista, carnavalero y cargar en Semana Santa, y nos hemos olvidado que lo que hizo grande a Cádiz fue el afán de superación de sus habitantes, el alto nivel cultural de esta ciudad, el trabajo y el esfuerzo de los gaditanos. 

Hoy, si dices que no te gusta el Carnaval, te tachan de derrotista. Curioso, sin duda, pues la única derrotada es la propia ciudad, que sangra por cuatro costados: sangra juventud que abandona la ciudad; sangra trabajo, que hace mucho que desapareció; sangra cultura y educación, que cada vez hay menos; sangra vitalidad, porque nos hemos convertidos en conformistas que solo alzamos la voz sobre las tablas del Falla.

La ciudad se muere entre carnavalescas pompas fúnebres.