Quién más quién menos, todo gaditano que se precie ha transitado alguna vez por la calle Antonio López, esa que subiendo desde plaza España muere en Mina junto a la recién restaurada Casa Pinillos. Pero quizá sean menos quienes sepan que Antonio López López fue hijo de una pescadera de Comillas (Santander) y huérfano de padre. Aquel joven Antonio, nacido humilde el 13 de abril de 1817, llegaría a Cádiz con unos 10 años, enviado por su madre a trabajar con unos parientes y realizando una “ruta familiar” que le llevaría también a Lebrija y Jerez. Seguramente fuese en los cuatro años que malvivió en la ciudad –durmiendo acurrucado bajo el mostrador de la tienda de sus familiares- cuando llegó a la conclusión de que debía partir a las Indias, hacer fortuna y enriquecer a su madre y hermanos. Sueños infantiles que, llevados a la realidad, superaron con creces las expectativas, pues aquel jovencísimo Antonio López acabaría sus días como Antonio Víctor López del Piélago y López de Lamadrid, I Marqués de Comillas y Grande de España.
Con 14 años partió a Cuba en busca de un futuro que España le negaba y allí, tras trabajar durante mucho tiempo como mozo para todo, en 1841, logró reunir los suficiente para flotar un petache que trasladarán hasta Santiago –peor abastecida que la Habana- cargada de harina. Comenzaba así un negocio prospero en el que el joven Antonio se introdujo en el lucrativo negocio de la trata de esclavos, pero que también le llevo a comprar tierras y endeudarse. Precisamente este será uno de los aspectos más importantes de su vida, pues le llevará a buscar la dote que podría obtener con un casamiento, realizándolo con Luisa Brú, de origen catalán y afincada en la Habana. Desde ese momento la carrera de Antonio será meteórica y, asentado en Barcelona debido a la epidemia de cólera que asola Cuba en los años 50, logrará hacerse en subasta pública con el contrato de correos con Indias. Para tal fin creará la Compañía Trasatlántica en 1853. Aspecto este interesante, pues con motivo de la compañía y los necesarios arreglos de barcos, se fundará en 1871 el Astillero de Matagorda, uno de los grandes motores industriales de nuestra Bahía.
No se quedaron sus negocios en la compañía de correos, también creó el Banco Hispano Colonial (en el que participó con la nada desdeñable cifra de 10 millones de pesetas), participó en Ferrocarriles del Norte, colaboró en el transporte de tropas a las guerras americanas y filipina; fundó la Compañía General de Tabacos de Filipinas y construyó los primeros vapores españoles. Logró el favor del rey (que por dos veces veraneó en su casa de Comillas, pueblo al que engrandeció y donde fundó la que hoy es Universidad de Comillas) que en 1878 le había concedido el marquesado de Comillas y le haría, poco tiempo después, Grande de España, por los servicios y consejos prestados a la Corona y al propio monarca. Fue padre de Claudio López Brú, II Marqués de Comilla y cuyo monumento puede verse en la Alameda Apodaca, pero eso, lo dejamos para otro día.
Gracias Javi, por darnos a conocer personajes ilustres gaditanos, o que sin haber nacido aquí, como Antonio López, dejaron huella en nuestra tierra. Siento mucho Javi, que hayan retirado el programa el Farol, porque en él de forma amena, nos daban a conocer personajs gaditanos como éste por ejemplo, y la riquísima historia de cádiz.
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Pues sí, Ines, ha sido una pena lo del Farol -sobre todo porque me lo pasaba genial grabandolo-, pero tenemos esperanzas de que vuelva. Por ahora, muchos de los que participabamos colaboramos con el magazine de tarde.
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