José Matía Calvo

La ciudad de Cádiz ha contando, a lo largo de su historia, con muchos mecenas casi anónimos. Uno de ellos fue el comerciante vasco José Matia Calvo, nacido en 1806 en Llodio (Álava) y muerto en la ciudad de Cádiz –en la que testó- en 1871. Durante su estancia en Cádiz, habitó en la Plaza Mina, en la esquina de Enrique de las Marinas y San José. Casa que hoy, rehabilitada ya, pertenece a la Junta de Andalucía. Al contrario que otros muchos mercaderes, no fue América el centro de sus riquezas, sino Filipinas, a la que emigraría desde su tierra natal logrando una gran fortuna y fundando la Matía, Menchacatorre y Cía, especializada en sedas. 
Llegó a Cádiz siendo dueño de una flota de fragatas dedicadas al tráfico entre la ciudad y Manila: las fratagas «Colón», «Mariveles», «Bella vascongada», «Teide» y «Cercantes». Ya en Cádiz, en la década de los años cuarenta decide volver a España y se establece en Cádiz dónde poco tiempo después, venderá la compañía para dedicarse a obras de caridad. Y así ocurrió hasta el mismo día de su muerte ya que, soltero y sin hijos, en su testamento (de 29 de mayo de 1871) dejó escrito que su fortuna debía dedicarse a «Recoger y hallar segura subsistencia durante los días de su vida y ser asistidos en sus enfermedades, a los ancianos o impedidos absolutamente para el trabajo”. Siguiendo esa disposición de su testamento comienza la construcción de los aslios del Balón y el otro en la ciudad de San Sebastián. Los albaceas del testamento cumplieron bien la voluntad del finado y el 16 de julio de 1883 bajo los planos y dirección del arquitecto don Cayetano Santolalla comienza la obra del Asilo del Balón, inaugurado en 1885, cuatro años antes del de San Sebastián. Las necesidades del establecimiento para dar amplitud a sus jardines y construir algunas dependencias, hicieron que se le agregaran en 1900 los 348 metros cuadrados que tenía la calle de Cabildo.
Como hemos dicho, comenzó a construirse en 1883, en un antiguo reñidero de gallos y se terminó en 1885. Según una noticia publicada en el Diario de Cádiz Hace 125 años 
“Juicios altamente favorables están emitiendo cuantas personas han acudido a conocer el Asilo de San José, que se ha levantado en el Balón gracias a las disposiciones testamentarias de José Matía Calvo. Estas obras, proyectadas por el arquitecto Santolalla, dieron comienzo en julio de 1883. El Asilo es magnífico por todos los conceptos. En la planta baja hay habitaciones destinadas a las Hermanas de la Caridad, cuartos de baños, despensa, secretaría. En el piso alto están las habitaciones para los albergados, grandes y espaciosas. Muy notable es la capilla del edificio, que cuenta, además, con ricos ornamentos. Los jardines son amplísimos. El obispo, Vicente Calvo y Valero, asegura que se trata de uno de los mejores de España y modelo en su género. Será inaugurado el día de San José”
Tres años después, en 1888, se creaba la Fundación Matía Calvo con el objeto de atender a los enfermos y ancianos que no tuvieran recursos para mantenerse. Aún hoy se mantiene la Fundación, con varios centros especializados (entre ellos un hospital) en el País Vasco. Pero la vinculación de José Matia Calvo con la ciudad no terminó en 1888 y a día de hoy, tal y como mandó el comerciante vasco, la Fundación reserva plaza para aquellos gaditanos o vecinos de Cádiz.
Pocos recuerdos quedan en Cádiz de este insigne vecino, entre ellos la Residencia de mayores José Matia Calvo (heredera del centro asistencial del Balón, aunque ahora en otras manos).

Publicado por Javi Fornell

Historiador y novelista. Amante de las letras y de los libros. Guía turístico en la provincia de Cádiz y editor en Kaizen Editores

4 comentarios sobre “José Matía Calvo

  1. MUCHÍSIMASSSSSSSSSSSS GRACIAS, no solo eres un magnífico escritor,e investigador,(detective de la historia) como me gusta llamarte, sino que además eres un encanto de persona. MUCHÍSIMAS GRACIAS de verdad Javi Fornell, por atender mi petición sobre José Matía Calvo, le has hecho un homenaje a un hombre que tanto amó a Cádiz.

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  2. Gracias Javi por esta historia. Soy enfermera y acabo de empezar a trabajar en en el hospital que tiene la Fundación Matia de San Sebastián y tenía curiosidad por conocer sus orígenes. Da gusto ver que la compasión llegó también a Cádiz, y que en ambos lugares haya echado raíces.

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