¡Mierda! El cartagenero lo ha vuelto a hacer. Ese ser despreciable y egocéntrico, ex reportero televisivo metido a escritor lo ha vuelto a conseguir. ¡Lo odio! Pero cada día estoy más convencido de que mi odio no es más que envidia, y de que la envida no es más que una cruel forma de admiración.Sigue leyendo «Ojos azules»
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De doblajes y doblados
De un tiempo a esta parte he descubierto el placer de seguir las series en versión original -subtituladas, las más de las veces, he reconocerlo- hasta el punto que me resulta raro escuchar el español cuando estoy viendo alguna de ellas y no han sido rodadas en nuestra lengua patria. No voy a ser tanSigue leyendo «De doblajes y doblados»
La niña y el perro
Ella iba de blanco impoluto. Guapa como una novia el día de su boda. Pero no era una novia el día de su boda. Era gordita, pero estaba guapa con su traje de primera comunión. La primera vez que la vimos, correteaba por la calle. Feliz. Era su día grande. La segunda vez que laSigue leyendo «La niña y el perro»
La feliz mujer que no creía en el amor
Cuenta la historia que la mujer que vivía en la casa era feliz. Tanto que no creía poder ser más feliz. Tanto que negaba la posibilidad de mayor felicidad. Cuenta la historia que algo cambió un día. Que el corazón de la mujer se convirtió en piedra. Cuenta la historia que una maldición cayó sobreSigue leyendo «La feliz mujer que no creía en el amor»
Las murallas del Oeste
Todo parecía en calma en aquel lugar. Los soldados patrullaban por los caminos de ronda, mirando al interior de la ciudad, más que al exterior. Los ejércitos enemigos continuaban al fondo, casi en el horizonte. Silenciosos, callados, sentados en su campamento como quien mira las estrellas en una noche sin luna. El capitán de laSigue leyendo «Las murallas del Oeste»
El buen morir en el mundo tardo medieval gaditano
El hombre medieval no separaba tajantemente muerte y vida. El cristianismo le había enseñado que la muerte era un momento de transición, de puente, un peaje hacia otra vida mejor. Por lo que la muerte era un momento más de los que debían vivirse en el paso por la existencia terrenal. Y aquí es dondeSigue leyendo «El buen morir en el mundo tardo medieval gaditano»
Fernando
-¡Japuta!… hasta Carcassona… hasta la maldita Francia tuve que ir a buscar las flores de las narices. -¿Y yo? Con lo tranquilo que estaba en el hotel, tuve que seguir a ésta –grité señalando a Daira- hasta el culo del mundo. Y pelearme con todos, por esa mierda de comida florida.-¡EH!, lo que te ocurreSigue leyendo «Fernando»
La mujer del banco
Ayer, justo ayer a eso de las nueve de la noche paseaba por Cádiz, por el paseo de Carlos III. Uno de esos lugares escondidos, que como el fuerte del que les hablaba ayer, es mágico. Caminaba sin pensar. Mirando una puesta de sol que se hace especial en ese rincón. Tanto que el eructoSigue leyendo «La mujer del banco»
El fuerte
Recuerdo aquel lugar con especial cariño. Estaba cerca de la playa y lo habíamos tomado como nuestro cuartel general. Yo era un niño, un crío que aun disfrutaba pegándole patadas a una piña. Y aquel lugar parecía mágico. Hoy sé que es una cárcava, un lugar de esos por los que corre el agua hastaSigue leyendo «El fuerte»
El guapo
Me gusta pasear por el centro de Cádiz. No lo puedo negar. Pasear por las calles del centro es una terapia de choque contra el aburrimiento o la tristeza. Me gusta pasear y sentir la ciudad. Sentir a sus gentes. Y, no sé porqué, eso no lo logro en la parte moderna. Pasear por lasSigue leyendo «El guapo»