Persecución y asesinato del rey de los ratones

Con un título tan largo que no cabe en el título A. G. Portas compone en «Persecución y asesinato del rey de los ratones representada por el coro de las cloacas bajo la dirección de un escritor fracasado» un cuento de Navidad social y real en una cloaca cualquiera.

Con esta obra inicié mis lecturas de 2023 y lo hice por un motivo práctico: es un libro de bolsillo, perfecto para irse de viaje. Pero también por un aspecto que dice mucho de la edición de Acantilado: portada y título atraparon mi interés en la librería.

Reconozco que el comienzo de la lectura, sin embargo, resultó duro. No terminaba de cogerle el tono al escritor fracasado (el protagonista sin nombre de esta historia) y eso me tentaba a dejarlo aparcado. No lo hice y no me equivocada. Con un texto corrido y casi sin capítulos (uno por cada uno de los tres cuentos de navidad) cargado de referencias a otras obras, el escritor parecía querer expresar el fracaso del protagonista. Estas primeras páginas, sin embargo, me hacían empatizar y ver si Portas nos ofrecería una salida al boqueo del escritor. Al fin y al cabo, yo mismo lo he sufrido y el parón en este blog es claro ejemplo.

No encontré esas respuestas, pero si al rey de los ratones y su historia me engancho en cuanto apareció por primera vez. Él -el rey Scrooge-, Marlowe y Josefina, la cantante de opera metida al pop, me hacían querer saber qué pasaría con sus vidas de roedores. Y mientras seguía su historia, las cloacas se hacían reales y la sociedad empezaba a reflejarse en esa historia de lucha, superación, amor, poder, y guerra. Y cada vez me sentía más un ratón del coro de los ratones colorados. Un mero espectador de una historia que contaba demasiado, demasiado cercano y demasiado real. Una historia que eran dos: la de las cloacas y la del escritor fracasado.

Y esas dos historias terminaron por pegarme a las páginas del libro hasta bebérmelo. Normal, a pesar de las muchas referencias literarias, el lenguaje sencillo y ese texto corrido que inicialmente me echó atrás, terminó por obligarme a leer, leer y leer.