Nos estamos volviendo locos. O tontos, o como decimos en Cádiz: carahotes perdi’os. De otra forma no tiene sentido lo que se está viviendo con el tema de la igualdad y el machismo. Así, en estos días nos hemos desayunado algunas noticias absurdas y reales.
La primera de ellas nace en el ayuntamiento de Barcelona que alegando que la palabra «homenaje» hace referencia a la entrada de los hombres (no mujeres) a vasallaje de un señor defienden el machismo de la palabra y su sustitución por la palabra «Donantage» («mujeraje»). La noticia, aparecida en El País podría ser propia de El Mundo Today, pero es real y muestra los niveles de estupidez que está rozado el feminismo mal entendido.
Pero no contentos con eso, ayer nos llegaba la segunda noticia absurda sobre el tema: el ayuntamiento de Valencia comenzaba a colocar semáforos paritarios. Lo más curioso de todo, es que los semáforos de marras caen en la individualización de la mujer mediante el uso de tópicos diferenciadoras: frente al monigote indefinido de antes, ahora podemos ver como el muñequito lleva falda, porque ya se sabe: una mujer casta, pura y de buena posición lleva falda, los pantalones solos la de mal vivir.
En fin, el mundo está loco y en esto de la paridad cada vez nos topamos con más paridas.