Siempre he dicho que en las novelas puedes esconder tus defectos entre las cientos de páginas escritas, pero en un relato esa posibilidad se diluye y debes ser capaz de redondear una historia en unas pocas líneas. Contad en apenas cien palabras, lo que podrías desarrollar en 100 páginas: qué, porqué, quién, establecer personajes con cierta profundidad, incluso darle una moraleja a lo escrito.
Hay quienes dicen que el relato es el hermano menor de la novela, que es sencillo y puede hacerlo cualquiera; pero eso es tan falso como argumentar que es más fácil escribir un haiku que un poema largo.
Para mí, desde luego, el relato es un género mayor, complicado y duro de desarrollar.