Hace unos días, alguien rebatía en Facebook mi critica a ¡No, por Dios! Ateísmo para principiantes diciendo que un medievalista que decía que la Edad Media no era oscura no era de fiar. Curiosidades de la vida, hoy, poco más de un año después de su fallecimiento, me he encontrado con la entrevista que La Nación realizó en 2005 a uno de los mejores medievalistas de la historia: Jacques Le Goff quien, preguntado sobre el oscurantismo en el medievo, respondía:
Aquellos que hablan de oscurantismo no han comprendido nada. Esa es una idea falsa, legado del Siglo de las Luces y de los románticos. La era moderna nació en el medioevo. El combate por la laicidad del siglo XIX contribuyó a legitimar la idea de que la Edad Media, profundamente religiosa, era oscurantista. La verdad es que la Edad Media fue una época de fe, apasionada por la búsqueda de la razón. A ella le debemos el Estado, la nación, la ciudad, la universidad, los derechos del individuo, la emancipación de la mujer, la conciencia, la organización de la guerra, el molino, la máquina, la brújula, la hora, el libro, el purgatorio, la confesión, el tenedor, las sábanas y hasta la Revolución Francesa.
Personalmente estoy de acuerdo con Le Goff y creo que la Edad Media fue mucho más y que es la ignorancia y la falta de perspectiva -unido en ocasiones al anticlericalismo- lo que hace que en el siglo XXI aún sean muchos los que lo consideran una época de destrucción. No deja de ser paradigmático que, cuando hablan del Renacimiento, muchos digan: Eso no es Edad Media, cuando la realidad es que era Edad Media y fue el resultado del crecimiento cultural y científico que sufrió Europa desde el siglo X.