Reconozco que hay películas que inicialmente no me gustan, por mil motivos y ninguno en particular. Y una de esas cintas era «La gran estafa americana»; aun así, a veces, hay que ceder, e ir a ver cosas que no irías en otro momento (esto es un aviso para cuando llegue Transformers 4) y acabas entrando en la sala. Pero al entrar me llevé una sorpresa por varios motivos:
El guión es una locura sin pies ni cabeza. A veces te pierdes en sus giros, a veces salta el drama, a veces te ríes a carcajadas. Es una montaña rusa, que te vuelve loco en sus giros argumentales, en sus cambios de registro, en los cameos y los nuevos personajes. Giros que te obligan a estar atentos a la pantalla.
En segundo lugar, las interpretaciones. Christian Bale están genial, como siempre en el caso del primero y, a veces, en el segundo. Pero, sobre todo, me ha sorprendido Jennifer Lawrence. Lo cierto es que todos los actores están irreconocibles, en una mutación física que te hace olvidar el rostro real del interprete, pero el caso de la jovencisima actriz sorprende mucho. Realmente Lawrence es uno de los valores seguros del cine actual aunque algunos, como yo, la hayamos prejuzgado por su participación en «Los juegos del hambre». Craso error, junto a Enma Watson será una de las grandes de la escena en unos años: por la elegancia y por el nivel actoral.
Por eso, aunque esta película sea una estafa que trata de engañar al espectador, a mi a logrado engancharme. Mantenerme pegado a la pantalla, que ría o me ponga serio, que me una a esos cambios de género que logra David O. Russell, director de la cinta. Sobre todo tras haber visto «El lobo de Wall Street» que me pareció larga, bodrio, rara y un total timo al espectador.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado