Y me dio por tratar de solucionar la multiplicidad de facebook y cerrar un poco mi privacidad de «¿Quién es ese señor vietnamita que comenta mis fotos?» a «solo amigos/familia» y, parafraseando a cierta socorrista ¡la lié parda! Ahora ya no tengo facebook, solo una página pero soy incapaz de localizar a amigos y familia. Espero que la gente comprenda que he desaparecido de la red de redes pero que sigo vivo; que mi face sigue estando activo, solo que de otra forma. Y que no odio a nadie por no estar o tenerme.
Lo peor es que, en cierta forma, casi me alegro del lío, ya que vuelvo a sentirme propio y no público. Fuera de una suerte de show de Truman en la que todo el mundo te puede ver a través de su pantallita desde cualquier rincón de su ciudad, casa, baño. Ha sido una liberación, he escapado de las garras de ese Sauron moderno que fundó Facebook.