Se avecina un año (hace demasiado que me muevo por curso lectivo) lleno de retos personales y profesionales. De esperanzas y miedos por estar a la altura de lo esperado.
Lo primero será Lanza y Oro, mi segunda novela, con el miedo de si llegará a gustar como la primera o (Dios lo quiera) más. Y después otras muchas cosas en un año que será muy diferente a los anteriores y en el que tocará ir aprendiendo muchas cosas sobre la marcha aunque con un objetivo claramente definido: aprender inglés. Si todo sale como espero, eso conllevará que empiece a conocer la Pérfida Albión de curso en curso.
Pero mientras, nos queda disfrutar de Cádiz, de la familia y los amigos.