Ayer tuve el enorme placer de estar presente en el concierto que el gran Paco de Lucía dio en Cádiz con motivo de los Conciertos por la Libertad. Un acierto de las autoridades locales que permiten que el Castillo de San Sebastián se convierta dos días al año en un gran atractivo turístico y cultural para la ciudad.
Aun así, un evento de tal magnitud requiere algunas mejoras. No es de recibo que personas que han pagado más de 50€ por una entrada no tengan visión del escenario, pero sobre todo, es vergonzosa la falta de respeto del «respetable» que media hora después del anuncio de inicio del concierto aun estaba en las barras o tratando de localizar su asiento (tarea bastante difícil debido a la pésima planificación del aforo, sin prácticamente pasillos que permitieran el acceso a las sillas centrales, lo que obligaba a que, al menos, 25 personas tuvieran que levantarse para que pudieras llegar a tu sitio).
Aun así, pese a los peros achacables a la organización, pudimos disfrutar de un concierto único del genial guitarrista algecireños al que si algo se le puede decir es que no dijo más de tres palabras. Aún así, no importa. Paco de Lucia no te habla, te rasga el alma con cada acorde.
Ni la organización pudo empañar el espectáculo.