Tengo que reconocer que cada día que paso en Madrid, más me gusta esta ciudad. Es posible que no para vivir, pues soy animal de costumbres, de puestas de sol marítimas y saludar a los vecinos del edificio de enfrente. Pero Madrid tiene algo que te va atrapando poco a poco: quizá sea la mescolanza de razas; la variedad de la oferta lúdica y cultural o, simplemente, que he tenido la suerte de topar con un gran grupo humano que hace que se esperé con ansiedad la próxima visita a la capital del reino.
Quizá sólo puedo ponerle un pero a la ciudad: lo lejos que está de Cádiz. No es de recibo -que bien que lo cobran, por cierto- que se tarden más de 5 horas en tren; no porque la posibilidad de llevar el AVE hasta Cádiz debía haber sido prioritarias sobre otros lugares; y no por su importancia, sino por ser estación termino. Espero que algún día RENFE o a quien competa, solucione este problema que hace que Madrid esté demasiado lejos para algunos que, como yo, empezamos a disfrutarla cada vez más.