He estado parado. Una semana escondido y agazapado cual gordo intentando pasar desapercibido en una convención de endocrinos. Pero ya estoy de vuelta, retomamos el blog y mañana vuelve el relato “La luz”, el jueves Dios dirá y el fin de semana vete a saber, que andaré recorriendo esos tiempos del hombre para dar un salto estratosférico y plantarme de un tirón en el siglo XIII, eso sí, con algunos –muchos- infiltrados de la II Guerra Mundial. Ya saben, una de mis pasiones es la historia y a través de la recreación he podido cumplir el sueño de todo historiador: vivir como vivieron aquellos a los que hoy estudio; participar en batallas épicas que cambiaron el signo de los tiempos como las Navas de Tolosa; correr junto a mi rey para entrar en batalla; o sentarme al calor del fuego para escuchar historias y comer carne asada o gachas (Dios nos libre de volver a ellas).