Partamos de la premisa de que soy bastante crítico con las series históricas. Más si estas tocan una época sensible como es, para mí, la Edad Media. Y, si para colmo, el periodo tratado abarca el final del Medievo y el ascenso al trono de la usurpadora Isabel, todo se complica. Por eso acudí a la serie con miedo, mucho más después de haber visto ese engendro llamado “Toledo” (A3) y respiré con sorpresiva alegría. Hasta ahora –solo van dos capítulos- Isabel es una buena serie histórica. Y eso pese a que algunos, quizá desconocedores de nuestra Historia, la acusan de plagiar “Los Tudor” (Showtime) o “Juego de Tronos” (HBO). Así que veamos algunas de sus virtudes:
1º.- La Historia: Isabel no pega patadas a los libros de historia. Cuenta la historia tal y como ocurrió y deja que el espectador, como si de un súbdito castellano del s. XV se tratase, decida quién tiene razón: el débil Enrique IV o el todopoderoso Juan Pacheco. Excepcional el momento en la prisión, cuando D. Juan le dice al rey: “mis cronistas dirán que me mataste, pero nadie hablará del secuestro de la princesa; y el pueblo me creerá a mí, y no olvides que yo te hice rey y que sin mí no podrás gobernar este reino ingobernable”. Esa frase refleja claramente lo que fue nuestra Historia: poderosos señores poniendo y quitando reyes.
También queda fielmente reflejado el manejo que hará la nobleza de los infantes, con el momento álgido de la “Farsa de Ávila” y el nombramiento del infante Alfonso como rey de Castilla. Además retrata fielmente la lucha de los señores castellanos por acabar con el poder del rey y las luchas entre las grandes dinastías nobiliarias –como los Mendoza- con la nueva nobleza guerrera representada en los Beltran o los Pacheco.
2º.- La ambientación: Está cuidada más que en otras producciones patrias. Cierto que no es totalmente fiel a la época y que se toman mucha licencias televisivas como los escotes de la reina o esa manía de mostrar el pelo. Cuando solo las “mujeres tolerantes” –léase putas- lo mostraban (vale, la Reina Blanca quizá pueda ir descubierta). El resto de ropajes, sobre todo masculino, peca de demasiada libertad creativa para mostrarnos hombres curtidos embutidos en cuero negro. Aun así no chirria tanto como en otras producciones.
Se han cuidado, también, la escenografía y los exteriores. He podido leer críticas que hablan de la pobreza de las estancias reales pero, precisamente eso es algo de lo mejor conseguido. Los reyes castellanos son relativamente pobres, mucho más que sus señores y eso se reflejaba en sus castillos y viviendas. No será hasta la reina Isabel que la corona castellana logré recuperar el control político y económico de su reino.
3º.- Las interpretaciones: Con la salvedad de algún actor como Víctor Elías (Infante Alfonso), Sergio Peris-Mencheta (Gonzalo Fernández de Córdoba), Pablo Derqui (Enrique IV) o Alfonso V de Portugal (Daniel Albadalejo) -no entiendo ese intento de presentarlo como un salvaje comparado con el castellano- el elenco de actores está a un muy buen nivel. Destacando sobre todos ellos Ginés García Millán (Juan Pacheco); Ramón Madaula (Gonzalo Chacón); Clara Sanchís (Isabel de Portugal) y la propia Michelle Jenner (Isabel).
Habrá quienes se hayan sorprendido de Michelle Jenner. Y es cierto que no se acerca al estereotipo visual que tenemos de la reina Isabel, pero eso no es razón para menospreciar su papel. Muchos anunciaban que no estaría al nivel, pues su papel en Los Hombres de Paco dejaba mucho que desear; algo me dice que no han tenido el placer de disfrutar con su actuación en “No tengas miedo” (Montxo Armendáriz, 2011) donde demostró ser una actriz con mucho presente y mejor futuro.
4º.- El guión es un buen guión que, si bien en el primer capítulo podía hacerse lento, no carece de ritmo y nos ofrece su mejor versión en la segunda entrega. Nos presenta los personajes, nos hace conocer más profundamente a otros y, además, nos muestra la historia. El lenguaje es actual y no pretende otra cosa, pero aún así goza de cierta suntuosidad que le hace propio del mundo cortesano y no juega ser lo que no es.
En definitiva, una buena opción para redimirse con la historia en nuestra televisión, al menos por ahora.
Anónimo dijo… Amigo Javier: He visto la lamentabilisima serie \»ISABEL\» solo 30 minutos del primer capítulo, por imposición marital y no veré, ¡vive Yahvéh-Dios!, ninguno más. Pésima y llena de errores, plagada de los repugnantes y falsos de toda falsedad tópicos anhistóricos castellanistas, con un lexico sacado de la actualidad, en suma siguen destrozando, tópico erróneo tras tópico, la historia hispánica. -Llaman majestad al rey Enrique IV de Castilla y de León, quizás: Alteza o Señor sería más ajustado. -Generalizan como CASTILLA, ya está la oprobiosa y falsa hasta en la sopa televisiva, mientras un enorme y purpurado león rampante tapa todo el background del trono de Enrique IV el Impotente de León y de Castilla -Siguen con el cuenta chino anhistórico de Corona de Castilla. -Parece ser que los memos guionistas corrigen a la reina que SE DEFINÍA SIEMPRE COMO REYNA DE CASTILLA Y DE LEÓN: \»como subcesora y princesa que lo soy destos reynos de Castilla e de León\», le dijo con rabia al obispo, QUE NO ARZOBISPO, Alfonso Carrillo. -O a Cristóbal Colón: \»sería como esclavizar a mis ciudadanos castellanos e leoneses\» -O Cuando el máximo y primigenio negociadorcon Boabdil el Chico, es el Comendador Mayor de León Gutierre de Cárdenas Se sigue \»sacudiendo\» a la historia del Reyno de León y los nacionalistas, en el País Leonés, cada vez comenzamos a pensar si, como los catalanes, merece la pena Hispania. -tú sabes que yo he publicado TODA la vida de la Reina Isabel I de León y de Castilla, y en diversas publicaciones, SOLO UNA EN LA LEONESA ZAMORA y otra en la leonesa Salamanca, el resto en: Toledo, Baza, Albacete,Écija, Valladolid. Por lo tanto sé de lo que escribo, siendo uno de mis básicos L. Suárez Fernández, entre otros de mayor o menor enjundia Y NINGUNO peligrosos leonesistas. -¡Qué pena!, tras el dislate del pobre Viriato, del que he publicado un trabajo en el Florián de Ocampo (CSIC), con la inexistente hija de Viriato haciendo el Erasmus en Roma, ahora viene este tópico típico. Creo que Francisco Franco Bahamonde estaría contento de ver como se subrayan sus neurasténicos tópicos de la \»grandeur\» imperial castellana. Llaman ¡CASTELLANOS! a todos los hispanos, ¡ozú, que fatiga! Estimado Amigo, Javier, entiendo y acepto, ¡por supuesto! tu juicio laudatorio sobre la serie. Yo disiento, sin acrimonia, por todo tipo de datos históricos rigurosos ad contrarium, creo que se sige haciendo lo de siempre en este Estado Español, que es, en román paladino, no acudir a los documentos de la época y reiterar mitos y tópicos: \»Celtas por el Norte e Íberos por el Sur y se juntaron\». \»Asturies ye España y lo demás tierra conquistada a los moros\». \»Castilla y las Españas: Condestable de..; Almirante de..; Cortes de…; Confederación Catalano-Aragonesa y, para más inri (Ihesus Nazaraenus Rex Iudaeorum)¡Corona de Castilla!Seguimos hablando de España en los siglos X, XI, XII, etc, o de Italia cuando la República o el Imperio Romanos, o del Juramento de Aníbal Barca el Grande y del odio eterno a los romanos\», etc.Pero no hay problema, yo no he visto ninguna serie histórica completa y esta tampoco me tendrá entre sus televidentes. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez Doctor en Historia y Médico de Familia 18 de septiembre de 2012 00:02
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José María, como digo hay algunos errores históricos y en breve también haré un post sobre ellos, pero en su mayoría la serie es correcta.Por supuesto los reinos son los de Castilla y León. Y hay otras incongruencias históricas. Pero no es un documental, y por tanto se puede tomar ciertas licencias
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Es indudable que se pueden tomar ciertas licencias, pero en lo relativo a los reynos de Castiella, Castilla, Y DE Llión, León, como se dice en llingua llionesa ya fiede, es reiterar el mismo cuento n-veces, y estamos hartos. Ya no entro en lo mál delineado que están, en su físico los personajes, y en lo laxo que es el protocolo, TAN RÍGIDO COMO ERA, pero es que al infante Alfonso de León y de Castilla o de Castilla y de León, lo han dedbido \»contratar\» de un colegio de malcriados, protestón, exigente y caprichoso que nada tiene que ver con el personaje que, cuando la muerte de su madre, Isabel de Portugal, era un niño de 10 o 12 años y estaba muy vinculado al afecto y, en román paladino, a \»las faldas\» de su hermana.Lo mal que está dibujado Beltrán de la Cueva o la \»Srª\» de Bobadilla es para estudiar.Muy acertado e interesante el calificativo de\»puto\» como insulto, que el Obispo, envidioso por antonomasia, Alfonso Carrillo aplicará al monigote del rey Enrique IV el Impotente de Castilla y de León.Y, para finiquitar mi intervención, una anécdota jocosa que subraya el sentido del humor de la reina Isabel I de Castilla y de León, casamentera inteligente e irónica, a la que cuando (creo que fue fray Diego de Deza) le indicó de forma furibunda, \»¡Conocéis Señora los pecados del cardenal Mendoza!\»( Pedro González de Mendoza, calificado como cardenal de España), la reina contestó: ¡Pues mirad que son guapos los pecados (sus hijos) del cardenal Mendoza!\».Supongo que la serie se hinchará a calificarlos de Reyes de España, algo que ellos nunca utilizaron POR QUE LES FALTABA PORTUGAL,aunque la titulación se la otorgará el cardenal Rodrigo Borja o Borgia, léase Papa Alejandro VI.Un abrazo.José María Manuel García-Osuna Rodríguez
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