Vaya por Dios, comienza la cuenta atrás. Ya queda poco para el retorno, para regresas a mi mesa, mis libros, mis estanterías y mis investigadores. Yo, que no deseaba vacaciones ahora estoy demasiado cómodo y volver al día a día laboral se me hace cuesta arriba. Queda un mes, la mitad más o menos de mis vacaciones, sí, pero ya queda menos. Pero como hoy son muchos los que regresan de las vacaciones a mi me entra el síndrome post-vacacional por solidaridad ¡pobres ellos que se ven obligados a currar en meses de calor!
Aunque he de reconocer que tengo algo de síndrome de Estocolmo y echo de menos compañeros, charlas y risas de pasillo. Ya queda menos, espero, pronto volveremos.