Todos tenemos un libro que nos marcó. Que nos descubrió una vida que jamás pensamos que pudiese existir; que nos empujó a historias de otros; que nos hizo soñar o nos hizo crecer. Para mí, ese libro fue «Un saco de canicas» el libro donde Jospeh Joffo narraba su huida de los nazis desde su Francia natal. Un libro duro, contado con ternura, alegría y dureza por igual. Un libro en el que el autor mostraba los sentimientos que recorrieron su alma infantil al tener que alejarse de su familia para salvar su vida. Una historia que habla de perdón y odio; y de ayudas y traiciones; de vida y aventuras. Un libro que, raído por el uso, aún hoy se mantiene en mi mesilla de noche, esperando el momento de abrir cualquiera de sus paginas, leer cualquier fragmento y recordar hasta donde puede llegar la maldad del hombre y, a su vez, la bondad.
Por eso hoy, Día Internacional del Libro, descubro mi secreto, ese que todos guardamos, y les abro el rincón más querido de mi biblioteca