Esto no es carnaval, claro está. Habrá quien diga que también ocurre en otros lugares y otras fiestas y puede ser. Pero esto es lo que ocurre en Cádiz y lo que me duele como gaditano. Más aún cuando, en pro de una defensa tajante del carnaval, algunos pretendan negar la mayor: el sábado de Carnaval sobra en el carnaval de Cádiz. Le sobra a las agrupaciones, que se marchan fuera de Cádiz o van de contrato en contranto; le sobra a los gaditanos, que cada año se reservan más al domingo de coros; le sobra al Ayuntamiento, que tiene que hacer frente a una inmensa campaña de limpieza -que incluye esos WC que no todos usan-; le sobra a la policía, que no tiene capacidad para hacer frente a los problemas que -Dios no lo quieran- podrán surgir cualquier año con casi 400.000 personas -muchas borrachas- en las calles de Cádiz.
Si esto es Carnaval, no es mi Carnaval. Y va llegando la hora de que los gaditanos levantemos la voz, recuperemos el pulso a la realidad y gritemos fuerte que esto no es lo que queremos. Y si no se levanta la voz, si muchos gaditanos siguen defendiendo esto, entonces está claro que no merece la pena luchar por la ciudad. Que aquí solo se alza la voz sobre las tablas del Falla y para gritar «que bonito es Cádiz, te llevo en el corazón y por ti muero», pero lo que muere es la propia ciudad.
La gente lleva años quejándose por esto y el pregón de Julio Pardo del año pasado se centró en esto básicamente, haciendo lamamiento a autoridades, ciudadanos y visitantes … pero ha caído en saco roto
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Algunos, sí. Pero ¿que hace Julio Pardo? se le va la fuerza por la boca y el sábado se larga a Sevilla o allí dónde le paguen.
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