Hace años que el PSOE en Cádiz ha dejado de ser una alternativa de gobierno para convertirse en cementerio de elefantitos con muchas canas y poca preparación. Y en estos días, con las elecciones internas ya efectuadas en Cádiz, han demostrado que no quieren serlo. Mantener a Federico Pérez Peralta (alias “Zapatitos de colores”) al frente del partido es claro síntoma de que prefieren una foto fija y un puesto seguro –los pocos que les van quedando ya- que luchar por revertir las cosas.
Personalmente siempre he creído importante la existencia de alternancia para una sana vida democrática. Pero lo cierto es que en Cádiz está no se da. El PP lleva excesivo tiempo ya en el gobierno local, el problema reside que el partido que debería ser opción no lo es cuando al frente están los mismos de siempre. Que además, suelen andar a la gresca con quienes saquen un poco los pies del tiesto y, lo que es peor, carecen de formación alguna.
Entiendo que Federico Pérez Peralta no quiera moverse del sillón, pues no tiene oficio ni beneficio fuera de la política y, desde el paro, debe ser complejo mantener ciertos caprichos –como los zapatos pintados a mano que tan orgulloso ha lucido en ocasiones-; pero no comprendo que sus compañeros de partidos no vean que este individuo es una lacra para todos ellos. Más aún cuando ha ido quemando a todos los que junto a él se han presentado, siendo el caso más duro el de Rafael Román (uno de esos pocos políticos que logró hacerse con el respeto de los ciudadanos sin importar el color de su voto); o viendo que ha arrastrado en su caída a Marta Meléndez (quien, sí ha mantenido el tipo en estas elecciones, ha sido gracias a un trabajo propagandístico/periodístico que ha sabido mantener en silencio sus no-trabajos en el Bicentenario, y que ha sido agradecido con una patada en el culo para situar a otro viejo elefante).
Lo peor es que el eterno segundo de lista es incapaz de abrir la mano para permitir que entren otros. Sigue mirando su interés personal por encima del interés general de Cádiz –y por supuesto por encima del de su propio partido-. Pero es normal, pienso, que ocurran estas cosas cuando un político tiene un único modo de vida: vivir del bote. Desgraciadamente, que el Psoe siga anclado en un pasado de elitistas disfrazados de trabajadores (y esos zapatos, esas corbatas pintadas, muestran que no va más que disfrazad) será malo para la ciudad.
Mientras tanto, a los ciudadanos, solo nos queda esperar que aparezca otra alternativa libre de cargas.
Pero como él hay otros tantos. He tenido la desgracia de conocerlos y sufrir a algunos/nas de ellos/ellas en la diputación. Daba pena su falta de experiencia, de preparación para dirigir los asuntos públicos que derivaban en prepotencia. Y ahí están, los fracasados de las elecciones, con sus posaderas bien resguardadas en los sillones e la oposición, con un buen sueldo que ellos se encargaron de ponerse cuando estaban gobernando. Eso si que fue política de futuro. En Cádiz necesitamos un buen gobierno, pero también una buena oposición…¡Para cuando!
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Pues sí, no es el único. Pero quizá sea el caso más visible y sangrante. Sobre todo por ser el \»líder espiritual\» del Psoe gaditano, por decir que defiende a los trabajadores cuando no ha trabajado en su vida y porque no se puede defender al trabajador calzando zapatos que el 90% de los gaditanos no podrían comprarse ni dedicando integros el sueldo de dos meses de duro trabajo.Pero así nos luce el pelo, sin oposición alguna.
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