Mucho ánimo y mucha fuerza a la familia y los compañeros de las dos cooperantes españolas secuestradas en Kenia mientras trabajaban para ayudar a los más necesitados de la cruenta y larguisima situación que se vive en la zona.
Y fuerza a los miembros de Medicos sin Fronteras que han tenido que tomar la durisima decisión de abandonar a su suerte a los refugiados. Espero que pronto vuelvan a sentir que «sus medicos» están cerca.