Cada vez que digo que yo soy creyente
aparece algún valiente que me juzga
con la voz cobarde del intransigente
que surge siempre de la censura.
Esos que presumen ser inteligentes
…y van buscando su razón en la incultura
porque no entienden que la fe me haga mas fuerte.
Que simplemente es un invento de los curas,
que surge nada más,
que surge por el miedo hacia la muerte.
Y hay quien se ofende si le doy gracias a Dios,
y hay quien se ofende si le pido protección.
Que mas da quién me comprende
si el creer me hace mas fuerte
y me hace ser mejor persona.
Si a Dios lo encuentro solamente en el amor
y no en las manos indecentes,
que se justifican si le adoran.
Ni en las manos de pederastas
ni de aquellos que matarán
y jurarán en su nombre.
Dios está en las manos del que ayuda
del que no pregunta nunca
y que perdona los errores.
Ese es el Dios que me llena,
ese es el Dios que ilumina.
Y si en el mismo día en que me muera
compruebo de verdad que no existiera
la misma fe que muchos tirarían,
si me hizo ser feliz toda la vida,
ya habría valido la pena,
ya habría valido la pena
De defensas carnavalescas
El carnaval, fiesta pagana por antonomasia, se carga en excesivas ocasiones con críticas a la Iglesia Católica y a los cristianos en general. Como si tener fe fuera fruto de la incultura y no de una Gracia divina que nos hace saber que Dios existe. Como fe es una creencia irracional para quien no la tiene, y muy racional para quienes vemos la obra de Dios cada día de nuestra vida. Pero ese ataque continuado desde ciertos sectores nos ha terminado acomplejando, y me incluyo, hasta creernos inferiores y guardar silencio cuando comienzan las burlas contra nuestras creencias.
Por eso, ver que en el Carnaval de Cádiz, una comparsa da un paso al frente y canta al mundo su fe en Cristo dejando claras sus razones, debe servirnos de aliciente a los demás para dar ese mismo paso. Sin importar en que ámbito nos movamos. Ciertos sectores de la progresía española han encontrado en la Iglesia un enemigo al que atacar, buscando cada error que comenta para atacarla; aprovechando los pecados de sus miembros para condenarla. Pero obviando todo lo bueno que tiene esta Iglesia. Olvidándose de que la Iglesia no es la jerarquía sino los millones de cristianos de a pie que intentan vivir su fe con fuerza, ayudando a los demás sin pedir nada. Basando su vida en el amor y no en el odio; en la tolerancia y no en la intolerancia.
Y hoy, si me permiten, no escribo más, dejo que sean las voces de Los defensores de Luis y la letra de Rivero Ramos:
Hola:¡Impresionante testimonio!Y astuta utilización de la lógica carnavalesca de \»el mundo al revés\», en este caso del mundo ateo.Pero le veo dos escollos:1. La finalidad del Carnaval, al invertir el orden, es precisamente reinstalar ritualmente este mismo orden..2. Que tengan cuidado y no se dejen engullir y \»recuperar\» por el nacional-catolicismo que tanto daño hace al mensaje de Cristo…Pero, si hay que pasar por ello para volver a decir \»Amaos unos a otros\», frente al ateísmo y a religiones bélicas…
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Buenas JouetA persar de que el carnaval pueda tener ese fin, hay que tener en cuenta que las comparsas suelen ser mucho más cercanas a la realidad y narrar y contar lo que sienten.Ha sido un hecho bonito y casi sin precedentes en el Carnaval de Cádiz, un paso al frente de un grupo que ha dicho valientemente que no se averguenzan de ser lo que son. Pero eso no nos va a llevar a volver a tiempos pasados.Ese miedo, de hecho, nos tiene acomplejados haciendonos creer que el mensaje de Cristo es el que pronunciaba Franco, pero Franco -y los suyos- se aprovecharon del mensaje para dominar al pueblo. El mensaje Cristiano sigue vivo y ahora más que nunca hay que gritarlo y defenderlo con la fuerza de las palabras y la razón.
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¡Olé, don Javi!De acuerdo en todo.
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