Vaya por Dios, el hijo y sucesor de Alfonso XI es, como todos saben, Pedro I. Pero me niego a reducir su historia y la del asesino de su hermanastro Enrique II a una sola entrada de blog. El Justiciero, al que sus enemigos y los aduladores de Enrique llamaron el Cruel, bien merece ser pausado al contar el devenir de sus días, se lo debemos pues la historia ha sido excesivamente dura con él. Y lo disfrutaremos, porque su historia es con creces la más apasionante de nuestra Edad Media. En su reinado se entrecruzaron las envidias y ambiciones de dos hermanos, el amor, el deseo, el romanticismo, los intereses de cuatro reinos, mercenarios, príncipes europeos, batallas contra el infiel y contra el hermano en fe, leyenda, traición, muerte y crueldad.
Un reinado tan intenso que su historia merece ser contada de otra forma, y lo será en este mismo blog dentro de unas semanas, cuando comience a publicar la historia novelada de los dos hermanos. Así que hoy, no habrá historia.