Ayer comenzaba la Voz de Cádiz a regalar (vender) la casa de muñecas gaditana. Y allí que fui emocionado, esperando encontrar la casa típica de los mercaderes de Indias: el bajo para los almacenes y el bonito patio con escalera de mármol; entre-suelo más bajo para las oficinas; planta principal con balcones en forma de “buche de paloma” para los habitantes de la casa; y tercera planta más comedida y humilde para el servicio. Por supuesto, con torre mirador de silla. Pero, como los tiempos cambian, pensé que el interior se habría adaptado a la actualidad y que la casita de muñecas tipical gaditanish, estaría subdividida en pisos pequeñitos, de vecinos que se conocen todos. Pero que va.
La casita no tiene torre mirador, ni siquiera una hermosa azotea en la que colocar antenas, piscinas y otros menesteres para la vida diaria del gaditano; tampoco tiene ese patio interior tan propio coronado por una montera de cristal ahumado, con su escalera central majestuosa elevándose hacia la primera planta, pero tiene un patio lateral al aire libre;
Tampoco he encontrado la habitación gadita, normalmente de uno de los hijos, con las paredes cubiertas con la bufanda del Cádiz, algún poster de semana santa y, por supuesto, una colección de cintas de casete con los Cruzados Mágicos, Cowboys de apeseta, Camelot, y toda la colección de Martínez Ares. En su lugar hay un hermoso saloncito con sillas estilo sevillano. Todo muy gaditano.
Que el año pasao era la tipica casa jerezana.
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Con total seguridad el año anterior al año pasado fue típica casa sevillana…
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