Evasión o docencia

Aun recuerdo aquellas tardes en la Bomba, cuando el curso iba llegando a su final y el tiempo era demasiado bueno para estar en clase. En aquella época pocos éramos los que faltábamos a clase, tal vez pensando que la Historia tenía salida y que los profesores debían ser respetados. Pero, saben, cuando uno estudiaSigue leyendo «Evasión o docencia»

Jóvenes seniles

Sonó el teléfono y, al tercer timbrazo, no pudé más que cogerlo. -No te lo vas a creer, killo, ayer me calcé a una tía espectacular… -Me desperté del susto. No podía ser. ¿De verdad había ocurrido? ¡Había vuelto a mi mundo! –Sin viagra ni nada.-¿Cuándo tu, Percutor, has necesitado viagra?… –bufé con una risaSigue leyendo «Jóvenes seniles»

Tardes de piscina y postre

Hay cosas en esta vida que no cambian. Ni deberían hacerlo jamás. Y en el verano de la urbanización ese algo son las meriendas en casa de Irene. Tardes de piscina y bizcocho que se repiten año a año desde hace ya demasiados. Nos hacemos viejos, me temo. Porque ahora esas tardes son recordadas ySigue leyendo «Tardes de piscina y postre»

Torres más altas han caído

Estábamos en la playa, pensando en lo divertidísimo que era el día de marras. Con el mar plano, sin una sola ola, ni siquiera al chocar la marea contra la piedra que habíamos tirado en la orilla con la vana esperanza de que alguien la golpease. La vista tampoco nos era agradecida aquella tarde, sentadosSigue leyendo «Torres más altas han caído»