Aun recuerdo aquellas tardes en la Bomba, cuando el curso iba llegando a su final y el tiempo era demasiado bueno para estar en clase. En aquella época pocos éramos los que faltábamos a clase, tal vez pensando que la Historia tenía salida y que los profesores debían ser respetados. Pero, saben, cuando uno estudiaSigue leyendo «Evasión o docencia»
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Jóvenes seniles
Sonó el teléfono y, al tercer timbrazo, no pudé más que cogerlo. -No te lo vas a creer, killo, ayer me calcé a una tía espectacular… -Me desperté del susto. No podía ser. ¿De verdad había ocurrido? ¡Había vuelto a mi mundo! –Sin viagra ni nada.-¿Cuándo tu, Percutor, has necesitado viagra?… –bufé con una risaSigue leyendo «Jóvenes seniles»
Banderas del olvido
No tengo muchos recuerdos de aquel momento. Y si alguien no me lo hubiera recordado hace unos días creo que seguiría relegado al baul de los recuerdos perecederos. Pero ahora, al pensarlo, creo que sí. Creo que ocurrió. Aunque no sé cuando. Debió ser por el año 1997, estando en segundo de carrera y enSigue leyendo «Banderas del olvido»
Ella
Está al fondo de la sala. Silenciosa. Blanquecina. Curvas sinuosas que se vuelven angulosas mientras me acerco a ella. Noto la frialdad en mi mano al cogerla. El aire arremolina mi ropa mientras se mueve lentamente. Deja un camino abierto. Un lugar en el que adentrarse y huir. Silenciosamente vuelvo a rozarla mientras paso juntoSigue leyendo «Ella»
Adopción de libro
Soy raro, lo sé, pero creo que un libro tiene que tener dueño. Su lugar en una biblioteca. Pero un lugar destacado. Ningún libro debe ser un segundón, porque ser el segundón significa no ser leído. Lo malo es que a veces, cuando uno lee tanto como yo, se encuentra con que algún alma pocoSigue leyendo «Adopción de libro»
En pocas palabras
Sólo por el deseo de ser feliz se puede entender que el ser humano caíga en sus más bajos instintos. Sólo así, por esa busqueda de felicidad, el hombre renuncia a ser uno mismo, para vincularse al otro como unicamente el hombre sería capaz. Y aún así, ese sentimiento sigue siendo lógico.
Tardes de piscina y postre
Hay cosas en esta vida que no cambian. Ni deberían hacerlo jamás. Y en el verano de la urbanización ese algo son las meriendas en casa de Irene. Tardes de piscina y bizcocho que se repiten año a año desde hace ya demasiados. Nos hacemos viejos, me temo. Porque ahora esas tardes son recordadas ySigue leyendo «Tardes de piscina y postre»
Hombre-perro
Los hombres enviados por Sha’ab no llegaron a su destino, impedidos por el fuego de virotes enemigos. Sobre el parapeto desde el que dispararon al asesino, un hombre alzó la voz: -¡Vaya, vaya!, parece que el héroe no es tan valiente. ¿Pues no ha manado a un par de críos contra él? Sabed que cualquieraSigue leyendo «Hombre-perro»
Torres más altas han caído
Estábamos en la playa, pensando en lo divertidísimo que era el día de marras. Con el mar plano, sin una sola ola, ni siquiera al chocar la marea contra la piedra que habíamos tirado en la orilla con la vana esperanza de que alguien la golpease. La vista tampoco nos era agradecida aquella tarde, sentadosSigue leyendo «Torres más altas han caído»
De capa caída
Soy un dios de capa caída. Por más que lo intento no vuelo, y eso me obliga a usar algo tan mundano como el coche. Pero como en mi divinidad no notaba los cambios de temperatura, mi coche que no es mío porque no me hacia falta, no tiene aire. Acondicionado, se entiende. Pero, ay,Sigue leyendo «De capa caída»