¡Malditos relojes!

Han vuelto, bajitos, chiquititos, siempre de cuadros rojos, o azules, o verdes. De la mano de alguien mayor: un abuelo, un tío, su padre o su madre. Felices, siempre felices. Contentos por ir o por venir del colegio. Riendo con sus amiguitos, de la misma estatura, con los mismos babis de los mismos colores. YSigue leyendo «¡Malditos relojes!»

El ambulatorio de Conil (II)

El otro día les conté mi visita al ambulatorio de Conil, y la buena experiencia vivida en el ambulatorio. Lamentablemente tuve que ir una segunda vez y en esa nueva visita todo cambio. Primero porque la cita dada no era la correcta. Necesitaba recetas, no vacunas, pero parece que eso tan simple no lo comprendióSigue leyendo «El ambulatorio de Conil (II)»

Schaffhausen-Zurich

Después de disfrutar de una tradicional velada de celebración del Día Nacional, nuestro segundo día en tierras suizas nos llevó a la ciudad de Schaffhausen, pequeña ciudad de algo más de 30.000 habitantes y capital del cantón del mismo nombre. La ciudad, que fue estado independiente durante la Edad Media, hasta que en cayó enSigue leyendo «Schaffhausen-Zurich»

III. El tronco

-¿Jugando?- Annet nos miraba sin comprender. Y yo la entiendía. Es imposible que aquel ser hubiera salido de la nada. Pero algo había pasado y ahora estaba en la playa. Miro hasta la orilla, al higerment que comienza a levantarse mientras la gente huye. Escucho un aleteo y dirijo mis ojos al cielo. Otro serSigue leyendo «III. El tronco»