Agregandose, II

Así que allí estábamos. En un lugar que apenas conocíamos: las pistas deportivas. Junto a una portería con un portero regordete con cara de simpático. Y más felices que unas castañuelas porque habíamos entrado en otro grupo sin ningún tipo de trauma. Definitivamente antes todo era más sencillo. Más aún en Las Calas, donde todosSigue leyendo «Agregandose, II»