La apertura de las rutas comerciales en el Mar del Norte y el protagonismo de Groenlandia en la economía mundial
En estos días nos hemos levantado con las noticias de que Trump amenaza con recuperar el Canal de Panamá (incluso con las armas), además de intentar comprar Groenlandia. Este hecho ya ha llevado a Dinamarca a anunciar que va a comprar material militar para la defensa del territorio helado. Pero ¿Qué hay detrás de todo este movimiento trumpista? La respuesta hay que buscarla en la macroeconomía y en el cambio de las rutas comerciales mundiales.
La realidad es que la acelerada transformación climática del Ártico está redibujando las rutas comerciales y geopolíticas del mundo. El derretimiento del hielo en el Mar del Norte está abriendo nuevas oportunidades para el comercio marítimo, reduciendo significativamente los costes y tiempos de transporte entre Asia, Europa y América del Norte. En este contexto, Groenlandia, un territorio estratégico situado en el Atlántico Norte, emerge como un punto focal de interés económico y geopolítico, que ha sido usado principalmente por el comercio ruso y chino, en el segundo caso, se trata del gran rival geopolítico de Estados Unidos en el siglo XXI.
La progresiva reducción de la capa de hielo en el Ártico ha permitido el desarrollo de rutas como la Ruta del Mar del Norte, que conecta Asia y Europa a través del Ártico ruso, y el Paso del Noroeste, que cruza el archipiélago canadiense. Estas rutas suponen una alternativa más corta y económica frente a los tradicionales canales de navegación como el Canal de Suez o el Canal de Panamá.

Por ejemplo, un trayecto entre Shanghái y Rotterdam a través del Ártico puede reducirse en aproximadamente 4,000 millas náuticas, lo que se traduce en menores costes de combustible, tiempo de tránsito y emisiones de carbono. Estas ventajas son particularmente relevantes en un contexto donde las cadenas de suministro buscan adaptarse a dinámicas más rápidas y sostenibles.
Sin embargo, estas rutas no están exentas de desafíos, incluyendo la falta de infraestructura, los riesgos ambientales y las tensiones geopolíticas en torno a su control. Aquí es donde Groenlandia, con su ubicación estratégica y vastos recursos naturales, cobra relevancia, que es lo que está evitando que la ruta sur, que o bien desciende por África, bien atraviesa por el Canal de Suez (convirtiendo a Algeciras en un punto clave de la navegación), hayan perdido la hegemonía.
El papel clave de Groenlandia en la economía mundial
Groenlandia, aunque mayormente conocida por su inmenso territorio cubierto de hielo y su baja densidad poblacional, posee recursos naturales estratégicos como minerales raros, petróleo y gas natural. Además, su posición entre América del Norte, Europa y el Ártico la convierte en un punto crucial para controlar las nuevas rutas marítimas.
El interés geopolítico y económico por Groenlandia quedó en evidencia en 2019, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó abiertamente su intención de comprar la isla. Aunque la propuesta fue recibida con escepticismo y rechazo por parte de Dinamarca, que tiene soberanía sobre Groenlandia, este movimiento destacó la importancia estratégica que Estados Unidos atribuye al territorio en el contexto de una creciente competencia con potencias como China y Rusia.
La intención de Trump no se limitaba únicamente a la riqueza natural de Groenlandia, sino también a su papel como base para proyectar poder militar y garantizar el acceso a las nuevas rutas comerciales del Ártico. Este interés coincide con los esfuerzos de China por expandir su influencia en la región, en parte a través de su iniciativa de la «Ruta de la Seda Polar».
| Ruta | Tráfico (Millones de Toneladas) |
|---|
| Ruta del Mar del Norte | 3.5 |
| Canal de Suez | 1200.0 |
| Canal de Panamá | 500.0 |
| Cabo de Buena Esperanza | 800.0 |
| Estrecho de Malacca (Malasia) | 950.0 |
La recuperación del Canal de Panamá: un paralelo estratégico
En línea con su enfoque en controlar puntos estratégicos del comercio mundial, Trump también expresó interés en recuperar el control directo del Canal de Panamá. Aunque Estados Unidos cedió la administración del canal a Panamá en 1999, su relevancia como enlace vital entre los océanos Atlántico y Pacífico no ha disminuido.
El canal sigue siendo crucial para el comercio marítimo global, y su ampliación en 2016 permitió el paso de buques más grandes, aumentando su capacidad. Sin embargo, la creciente competencia de rutas como la del Ártico y la intensificación del comercio transpacífico han llevado a Estados Unidos a considerar cómo mantener su influencia en este nodo clave.
Implicaciones para el futuro
La apertura de las rutas comerciales en el Mar del Norte y la importancia estratégica de Groenlandia subrayan el cambio de paradigma en el comercio y la geopolítica global. Estas transformaciones desafían a las potencias tradicionales a adaptarse y proteger sus intereses frente a nuevos competidores.
Groenlandia, en particular, representa una pieza clave en este tablero, no solo por sus recursos, sino por su papel en la configuración de un Ártico accesible y competitivo. Los intentos de Trump de adquirir Groenlandia y recuperar el Canal de Panamá reflejan una estrategia más amplia de Estados Unidos para mantener su hegemonía económica y geopolítica en un mundo cada vez más interconectado.
A medida que las aguas del Ártico se abren, los ojos del mundo estarán puestos en Groenlandia y en los desarrollos geopolíticos que definirán el comercio y la economía del siglo XXI. Y en nuestro caso andaluz y gaditano, la implicación está en la caída del comercio en el Estrecho de Gibraltar y, por tanto, en las repercusiones negativas que podría tener en los puertos estatales de Cádiz (en auge actualmente) y el de Algeciras (tercero en importancia de la UE), con consiguiente el crecimiento de los puertos del norte de Europa.