De Ferias del libro.

El día 9 de mayo comienza la XXX Feria del Libro de Cádiz, este año dedicada a la Novela Negra. Reconozco que esta es la única feria que me gusta y que disfruto recorriendo sus casetas —casamatas en Cádiz—, que se llenan de libros y libreros, muchos de ellos ya amigos después de tantos años de lecturas y paseos por sus establecimientos.
Es, también, el momento para conocer nuevas ofertas y descubrir a esos autores que, de pronto, se convierten en imprescindibles en tu propia biblioteca. De charlas junto a la barra del bar, de comentarios con otros autores y lectores, pero, sobre todo, con amigos. 
Si hace seis años me hubieran dicho que me iba a convertir en un habitual en las Ferias del Libro —o que iba a firmar en Cádiz, San Fernando, Jerez, Málaga y Sevilla—, seguramente me hubiera reído. Mi sitio siempre fue al otro lado de la mesa: donde se sitúa el lector que acude a cruzar unas palabras con sus ídolos, que para mi nunca fueron actores o futbolistas pero si escritores de todo tipo y calaña. Es cierto que al final mi sitio ha ido girándose y que ahora acudo a las Ferias también como autor (¿quién lo hubiera soñado siquiera?) pero, a la vez, he descubierto el placer de hablar con los lectores, de escuchar sus criticas y alabanzas, de responder sus preguntas y disfrutar de unos encuentros que —pese a que nuestra ciudad no sea la más grande del mundo— son infrecuentes y que, para mí, son de las cosas más gratificante de haber entrado en el mundo editorial. 
Aunque debo reconocer que este año pensaba descansar después de cuatro años ininterrumpidos de firmas en diversas localidades así que agradecí que la editorial me comunicara que no pensaba moverme en las Ferias, ya que no había publicado en este curso. Pero, y eso lo tengo muy claro, también hay que ser agradecido con los libreros por lo que cuando Juan Manuel, de la Librería Manuel de Falla de Cádiz, me llamó para pedirme que acudiese a firmar no me pude negar. 
Es más, realmente es una alegría ver que 5 años después de haber publicado «Llamadme Cabrón» y dos desde que saliera «Lanza y oro», mis novelas siguen siendo de interés, siguen vendiéndose y las nuevas ediciones llegando. Al ver como las desventuras de don Pedro están viviendo este año una segunda juventud con presentaciones y firmas, recuerdo a una librera que hace casi 4 años me dijo que había dos tipos de libros: los que tienen una vida de un mes en el que venden cientos o miles de ejemplares; y los que tienen largo recorrido. Y que eran estos los que realmente merecen la pena.

Ahora, a las puertas de la Feria del Libro de Cádiz, y recordando aquellas palabras, me siento feliz y satisfecho por el trabajo realizado de la mano de Ediciones Mayi, cobro fuerzas para los proyectos venideros y disfruto de esos frutos cosechados sabiendo —y que me perdone mi ego—que las novelas de Cabrón no son un libro de un mes, de los que compran los amigos para quedar bien contigo, sino que siguen levantando interés y siguen estando de actualidad pese a que hace ya casi dos años de la salida del último de ellos.

Hoy quiero darle las gracias a Juan Manuel, de la Librera Manuel de Falla, por haberme llamado para la Feria, por volver a contar conmigo un año más y por todo el cariño que, me consta, da a mis novelas.

Publicado por Javi Fornell

Historiador y novelista. Amante de las letras y de los libros. Guía turístico en la provincia de Cádiz y editor en Kaizen Editores

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