Y esta es la única imagen que ve alguien que está terminando su tesis un sábado por la noche. Ya va quedando menos. Algún día volverá la pila de libros a la estantería, el archivo pasará a mis directores de tesis y yo respiraré tranquilo hasta que toque hacer las revisiones y leerla. Aun quedan unos meses, no creo que pase mucho tiempo antes de que pueda verla concluida porque ya comienzo a cubrir huecos vacíos, a completar algunas cosas y a corregir aquellos datos que hoy sé que son erróneos de mi tesina.
Cuando concluya me quedará el recuerdo de muchos años de trabajo -más o menos intenso- y de un vasto conocimiento sobre el Cádiz medieval que me lleva a conocer más la vida de individuos que murieron hace 500 años que la de algunos conocidos. Pero sobre todo la satisfacción de haber cubierto un hueco en la historiográfia local, dando espacio y nombre a aquellos que tantas cosas hicieron por mi ciudad.