Ocurrió en Madrid, hace hoy cinco días. Andaba yo frente al Museo del Prado, cuando dos señoras peripuestas, de buen ver pese a su edad, enlacadas y abrigadas con bison se situaron a mi trasera, es decir: caminaban dos pasos por detrás de mí.
-Que sí -decía una- que se lo he oído decir en la radio.
-¡No puede ser!-se escandalizaba la segunda -¡Si entonces Madrid no existía!
-Bueno, no la ciudad -se defendía la primera- esto era un bosque con su aldea.
-Y ¿estás segura?
-Si.
-Oy, oy, oy, eso lo cambia todo -dijo la segunda con voz grave- ¿Quién se cree ahora nada?
-Ya ves -respondió seriamente la primera.
-Que si los Reyes Magos son andaluces y, ahora, ¿esto?
-¿Quién nos lo iba a decir?
Yo no, desde luego, ni mi mente perturbada es capaz de perpetrar tal respuesta como la oída. Tanto fue así que una carcajada se ahogó en mi propio asombro y casi debo acudir a comprobar el estado del equivalente madrileño al Puerta del Mar.
-Que sí, que se lo he oído al Papa- dijo al fin-: Jesucristo nació en Madrid….