Desde hace 4 años ya, este fin de semana se ha convertido en mi grupo de amigos en un puente de exaltación de la amistad que tiene, como punto de destino fijo, Cumbres Mayores. El pequeño pueblo de la Sierra de Arecena en el que, un año más nos recibe «tita Paca» (que ya es la tía de todos nosotros) y el buen jamón.
Podría decir que es un lugar paradisíaco de esos que se deben conocer, pero faltaría a la verdad. Cumbres es uno de otros muchos pueblos con castillo y un encanto propio. Pero, para nosotros, se ha convertido en el lugar donde, una vez al año, nos juntamos a reír, hablar y pasar frío junto a los amigos. Un fin de semana de asueto de tantos males en el que las risas están aseguradas.