
Hemos olvidado que solo la ilusión de los más pequeños mantiene viva la esperanza en esta noche. La hemos manchado con nuestro propio egoísmo, la hemos convertido en otra opción de consumir por y para nosotros, olvidando que no hay mayor regalo que la sonrisa de un niño al descubrir los calcetines llenos de caramelos.
Aún así, espero que al ilusión de los niños haya llegado también hasta todos vosotros y que hoy no paséis por aquí, sino que esteís en los parques jugando con vuestros nuevos juguetes o disfrutando con los más peques de la familia.