La libertad ha llegado a su fin.
El torturador me ha convocado a su mazmorra y ha decidido iniciar mi suplicio privandome de alimentos. Hasta hoy era un gordo feliz, desde hoy será mejor no cruzarse conmigo. Hoy comienzo a sufrir el regimen totalitario que encorsetará mi ser y degarrá una parte de mí para, quién sabe, si no volver jamás a mi vera.
Tengo miedo de lo que está por llegar….