El dominguero no es un playista cualquiera. Él es especial, un ser tan típico como el tinto de verano en las noches de calor. Sin él la playa un fin de semana no es la misma. Llega con su familia, su tienda de campaña -o cualquier cosa que sirva para cobijarse- y se planta allí dónde mejor le parece, sin importar que o quien pueda estar en ese momento en la arena. Allí y de forma incomprensible, comienza a extraer todo tipo de artilugios y alimentos mientras los niños -nunca menos de dos- comienzan a correr hasta la orilla.
Tradicionalmente a este tipo se le ha acusado de muchas cosas: falta de educación, exceso de alcohol en sangre en el retorno, ruido, mala conducción -recordemos que el dominguero tradicional tan sólo usa el coche en carretera los fines de semana de julio y agosto-, gritos, basura, yogurismo y presencia de suegras. Y puede que todo ello vaya incluido en el pack, no lo voy a negar pues yo mismo he sufrido la desaparición de mis cosas bajo tiendas domingueras.
Aún así, el dominguero es un ente propio del verano. Un ser que no debe desaparecer de nuestras playas y que, además, es muestra de lo que debería ser el verano -salvando ciertos aspectos educacionales que no van con el tipo, sino con la persona que se viste el tipo- pues ellos representan el «me da igual lo que piensen, vengo a pasarlo bien, y lo pasaré bien»
Se puede decir que el Dominguero es el espiritu de la playa en Verano. Todo un simbolo nacional. En sus imperfecciones esta también su encanto XD
Me gustaMe gusta