Hay días que uno se lleva agradables sorpresas, y el pasado viernes fue uno de esos. Como saben soy Delegado de Manos Unidas en Cádiz y el otro día nos reunimos para evaluar la última campaña viendo sus luces y sus sombras y felices de haber visto más de las primeras que de las segundas.
Pero la alegría no vino de ahí, sino de confirmar la genorisidad de la población española y particularmente gaditana, pues en estos dos meses de 2011, con la grave crisis que afecta a nuestra sociedad y muy dolorosamente en Cádiz, esperaba un descenso en las donaciones. Pero ha ocurrido todo lo contrario, y han aumentado estas, demostrando que el español de a píe está en el mundo, comprende la situación en la que vivimos y sabe que si nosotros nos encontramos así, aquellos que viven permanentemente en la crisis necesitan de nuestro apoyo más que nunca.
Por eso hoy, no quiero más que dar las gracias.