La primavera la sangre altera

Es cierto. La primavera altera ánimos y estados. Entontece los sentidos y enfada al tranquilo. Y yo lo soy, un ser tranquilo, casi inalterable. Sonriente, monocorde y feliz con la vida que me toca. Independiente, singel, se dice ahora, y a mucha honra. Pero empiezo a hartarme. No puedo más. Esto tiene que llegar a su fin. La primavera no ha hecho más que empezar, pero ya florecen los nicks y los estados varios de mis amigos enamorados. Y ¡pardiez! es nauseabundo. Dígale usted lo que desee a su novia, pero no sea hortera. No lo escriba en tablones de Face o tuenti. A nadie le importa lo mucho que usted ama a su “pitraquito de arroz”. No nos importa, no nos interesa, que lo único que desees ver cada mañana sea el rostro de tu “terronzito de hielo”. Ni que suspires a cada minuto por el hombre/mujer de tu vida. No te engañes, no lo has encontrado.

Sí, puede que ahora te sientas feliz por casarte (y dejar a los amigos lejos de tu boda ¡y van tres!, que diría Cabeza), pero piensa que yo ahora disfruto de mi vida, de mis amigos y de mi dinero y que, cuando tú estés triste por el divorcio o por lo pesado que es vivir con niños, puede que yo esté viviendo tu felicidad. Pero con más años, más cerca de la muerte y más lejos del divorcio.

Sed felices, pero no decirlo.

Publicado por Javi Fornell

Historiador y novelista. Amante de las letras y de los libros. Guía turístico en la provincia de Cádiz y editor en Kaizen Editores

4 comentarios sobre “La primavera la sangre altera

  1. Efectivamente, anónimo, es broma. Cada uno es libre de decir lo que quiera, tal vez yo en otras circunstancias también lo haría. No es más que mi forma de felicitar a los enamorados en estos días y, sobre todo, reprocharle quién ya sabe, que mucha palabrería bonita pero se larga a México a casarse.

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