Las pocas noticias que nos llegan desde Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, no dan lugar a la esperanza. Todavía es pronto para hablar de víctimas mortales, aunque algunas fuentes hablan ya de miles de muertos y desaparecidos. Los daños materiales son inconmensurables: viviendas destruidas, carreteras inexistentes, oscuridad y caos.
El temblor, cuyo epicentro se situó cerca de Puerto Príncipe, una ciudad con 2 millones de habitantes, se ha calificado ya como uno de los más fuertes sufridos en esa zona del mundo en la última década.
Manos Unidas no es una organización de ayuda de emergencia, pero la trayectoria de colaboración en este país caribeño, y la magnitud del desastre, nos llevan a abrir una cuenta cuya recaudación se destinará a la adquisición de productos de primera necesidad y, posteriormente, a labores de reconstrucción del país.
BANCO SANTANDER
Cta. Nº: 0049-1892-63-2210525246
REF: EMERGENCIA HAITÍ
e pasado viernes le dediqué casi toda mi hora radiofónica a este asunto. Realmente es una tragedia terrible que debe abrirnos los ojos. Cuando alguien dice eso de \»¡QUé pena! Siempre le pasan estas desgracias a los pobres\», debe hacernos reflexionar por qué se permite que tantos países vivan en esa miseria que hace que estos desastres tengan consecuencias mucho más graves que en el caso de darse en un país más rico.Al margen de esats reflexiones, ayudemos cuanto podamos. Gracias, Javi, por esta invitación.
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