Entre las sombras de los árboles, allí donde la humedad se hace más constante, van naciendo lentamente esos pequeños seres vivos prestos a morir. Agrupados, unas junto a otras, como amigos que no necesitan palabras para saber que el otro está a su lado. Y puede que sea así, amistades reales que se esconden entre el césped, como los amigos se esconden en pequeñas rendijas de nuestra vida.
Y es que caminamos por bosques, sombríos o luminosos, pasando al lado de muchas setas sin detenernos, hasta que encontramos las que llaman nuestra atención y, entonces, nos agachamos y las recogemos, y las incluimos en nuestro cesto, enriqueciéndonos camino de ese mercado que es el vivir.
Foto: Natalia Vazquéz
Texto: Javi Fornell
Texto: Javi Fornell

Me encantan los champis y las setas. Me parecen seres simpáticos e ingenuos, jeje. Pero no olvides que en ese camino, hay algunos venenosos… uy, qué negativa sueno hoy, no? Jeje, Javi, un beso!!
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Si que hay venenosos, Sempi, pero bueno. Incluso las venenosas pueden llegar a dejar un gran sabor de boca… Y no seas negativa, no merece la pena, menos justo hoy que está entrando el otoño de verdad.
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parece que el experimento funciona…repetimos?;)
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Claro que repetimos, cada vez que quieras… ya sabes que estoy dispuesto a que mi mente perturbada divague gracias a tus magnificas fotos.
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