Pero ahora, con la historia concluida, leyéndola en papel porqué así me siento más cómodo para terminar de rematar la faena, me ocurre algo complejo de explicar: no quiero terminar. Es como si, terminado, la criatura se alejase de mí y me hará echarla de menos. Pese a todo, y con el cariño que le he cogido al bondadoso pirata gaditano, estoy seguro que seguiré escribiendo de él. Donde se verán sus historias: solo el destino y la editora lo saben. Por lo pronto, ya queda menos, y a inicios del 2010, Pedro verá su historia reflejada en el papel, en las librerías y, espero, en vuestros cuartos de baño -donde todos leemos, aunque lo neguemos.
Ahora sólo queda que mentes más brillantes que la mía, decidan que nombre ponerle a la criatura. Se aceptan sugerencias.
Ya era hora, que llevo no se cuantos años escuchando hablar de este tipo. Espero que cuando presentes el libro aquello no se convierta en un \»carpanteo cultural\». ¡¡Ah!! y que no me coja en Siberia
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En el cuarto de baño no se debe leer. Ese acto en ese lugar sólo produce extreñimiento.
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Espero que no estés en Siberia, y que sí haya carpanteo o croqueteo… que siempre ayuda para que luego, al ir a leer en ese lugar no produzca extreñimiento.jajajaja
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