Sólo por el deseo de ser feliz se puede entender que el ser humano caíga en sus más bajos instintos. Sólo así, por esa busqueda de felicidad, el hombre renuncia a ser uno mismo, para vincularse al otro como unicamente el hombre sería capaz.
Y aún así, ese sentimiento sigue siendo lógico.
me encanta….pero creo que no lo entiendo!!!
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Me alegro de que te guste. Sobre que no lo entiendes, ¡piensalo!…
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A eso lo llamo yo una reflexión contundente. Una gran verdad. Una exposición tan sencilla como incontestable.
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Verdad absoluta. Estoy de acuerdo con Javier. María.
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