El pasado viernes recibí otra llamada intempestiva. De esas que cuando te suenan en el móvil tiemblas. Por la hora. Porque en ese momento, mientras ves y no ves quién te está llamando solo piensas que algo malo puede haber ocurrido, pues tus amigos están contigo bebiendo sangría congelada y sazonada con tequila en el mismo mejicano de siempre. Pero, al mirar por fin el teléfono, la duda se disipa. La pantalla muestra una sola palabra “VISIR”. Todo claro, mi amigo andará borracho, como aquella vez en Zaragoza, y quiere decirme que se ha perdido. Entre risas le cojo el teléfono:-Quillo, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Pregunta
-¿Cómo se dice vid en latín? Eso de la uva, vamos.
-¿Estás borracho?
-No, estoy en Sierra Nevada
-Ah… vale. Pues creo que se dice igual, ¿no? No sé quillo, la última vez que estudié latín fue contigo en el colegio.
-Entonces ¿vid? ¿estás seguro?
-No sé, espera, preguntó.
Y pregunté. Las 12 personas que estábamos -10 de nosotros historiadores o humanistas- allí llegamos a la conclusión de que sí.
-Sí, tío, vid.
Y así quedó todo. Aunque uno se pregunta que ¡repámpanos! ¿qué nivel de frikismo se tiene que tener para que 10 historiadores acaben hablando sobre el latín, por culpa de una simple llamada a la 1 de la madrugada , en un restaurante mejicano? Y, lo que es aun peor, ¿porqué ninguno nos reímos de la pregunta de mi amigo?
Por cierto, creo que no se dice vid. Si alguien lo sabe…. pues ¡que lo diga!
jajajajaj, pues me acuerdo de la llamada!!!Se dice Vitis,isQue bien lo pasamos, jajajaja!!!Olga.
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Pues aquella noche, de la Vitis tomamos parte de su jugo, pero ninguno fuimos capaces de decir la palabreja.Gran noche, ciertamente.
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Mamon
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jajajaja…. al menos, Visir, ya sabes que era vitis
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