Estaban los dos sentados tranquilamente. El uno junto a la otra. Ella más niña que él. Se miraban. Con las tiernas miradas de los que descubren por primera vez el amor. Dos señoras sentadas frente a ellos le sonreían. Como señalando la hermosura del amor quinceañero en primavera. Ella le pasó la pierna a él sobre las suyas. Él comenzó a acariciarsela tras levantarle el pantalón. Ella le besó y el respondió sonoramente. Nadie dijo nada. Y, entonces, llegó ella. Renqueante desde la puerta delantera. Pasó junto a muchos sin decir nada pero, al llegar junto a los enamorados, se detuvo y la miró con desaprobación. Se hizo el silencio. Y, entonces, ella dijo un simple:
-Shosho, te podías haber quita’o los pelos de las patas.
Y se acabó la magia. Ay, Cathan, que me ha salido una carcajada de esas inesperadas. Jajaja.Beso!
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Me alegro de que la carcajada fuese inesperada…. las esperadas son menos reales. Pero la magia no se ha acabado, acaba de entrar la primavera.Otro beso.
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y digo yo, si tenemos pelos ahí, será por algo, no? quitárselos podría ser hasta peligroso!!! ^^
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