El archienemigo

En la vida todos tenemos amigos. Algunos más, algunos menos. Pero, por lo menos, todos podemos decir que tenemos un amigo. Aunque sea, como mi novia o mi divinidad, imaginario. Lo que no todos podemos decir es que tenemos un enemigo a perpetuidad. Un archienemigo que nos trae por la calle de la amargura, y al que dispararíamos a bocajarro a la primera oportunidad que se diera. Y yo, que tengo un archienemigo de esos, aunque jamás le dispararé porque mi pacifica existencia me lo impide, se lo bonito que es.
Ya sé que dirán que es imposible hablar de belleza en una enemistad. Pero lo es. Porque la enemistad congenita nos hace mejores. Nos hace intentar ser mejores que nuestro defenestrado archienemigo que, en no pocas ocasiones, comenzó siendo amigo. Mi archienemigo es quién es. No lo diré. Compartimos mucho y fuimos amigos un tiempo, un par de años. Pese a que otros con los que también hice amistad me recomendaron que no me acercase a él. Sin embargo lo hice, y algunas de sus historias las han leído aquí.

Poco a poco nuestra amistad se tornó en rivalidad. Los dos elegimos el mismo campo de acción: el medieval. Los dos contamos con un mismo maestro, que al más puro estilo Obi Wan se encontró con que uno de nosotros –no diré quién- cayó en el lado oscuro de la fuerza. Los dos hicimos tesina y aspiramos a la Universidad –yo no he llegado a ella… aún- Los dos deseamos ser investigadores. Los dos pujamos por las mismas cosas muchas veces. Siempre los dos. Hasta que los dos nos convertimos en archienemigos.

Pero, sabe, esa archienemistad me ha hecho más fuerte. Más sabio. Mejor. Y supongo que a él también. Porque él se convirtió en mi meta a superar. Y creo que en no pocas ocasiones lo he conseguido. Y más importante aún, y al igual que pasa con los amigos, mi vida sin su presencia en ella pierde parte de su valor. Y ahora que él está lejos de esta tierra gaditana, echo en falta su presencia y me doy cuenta de que, en el fondo, más que mi archienemigo siempre fue mi amigo.

Publicado por Javi Fornell

Historiador y novelista. Amante de las letras y de los libros. Guía turístico en la provincia de Cádiz y editor en Kaizen Editores

11 comentarios sobre “El archienemigo

  1. ¡Envenénalo! Una lengua afilada, un puñal bien clavado en la clavícula y unas gotas de veneno te ayudan a resolver las cosas sin pegar un solo tiro jijiji.

    Me gusta

  2. ¿Como voy a dejar de escribir?… ¿Sabes el tiempo que se tiene en una biblioteca?. No, seguiré escribiendo.Y eso de envenenarlo no me va mucho. Demasiado sutil. Si algún día lo mato quiero mis diez segundos de gloria en \»España Directo\»

    Me gusta

  3. Jajaja, para lo de España directo, avisa para verte, jajaja.Sí que es verdad que uno se motiva con ese archienemigo donde los haya. Pero el problema viene si ese archienemigo al que tratar de superar todo el tiempo como una motivación es uno mismo…

    Me gusta

  4. Quillo, pégale un tiro no sea tonto, pacífico de qué. Si quieres se lo pego yo. Hoy por tí mañana por mí.Bueno, no hace falta ser un lumbreras para descubrir quién es conociendo el maravilloso mundillo gaditano. Te puedo decir que hay una diferencia fundamental: él es tonto y tú no. Pues sí, el tonto ha llegado a la universidad pero ya sabemos cómo y a cuál.Insisto, me pido lo del tiro, y eso que a mí no me cae, ni bien ni mal. PD: Mejor este diseño de blog.

    Me gusta

  5. Sí, castellologo, es quien piensas. A mi ya no me cae, menos después del intento de denunciar por atentar contra su vida de hace dos años (juro que sólo dije que no era Académico de la RAH, tal vez eso le provocase un infarto, pero no era mi intención).Y respecto al diseño… me salió un muro y no sabía cómo quitarlo. Este no termina de gustarme, pero mejor que la pared de ladrillos. Miraré tu articulo Snake.

    Me gusta

Replica a Javier Fornell Cancelar la respuesta