Jóvenes seniles

Sonó el teléfono y, al tercer timbrazo, no pudé más que cogerlo. -No te lo vas a creer, killo, ayer me calcé a una tía espectacular… -Me desperté del susto. No podía ser. ¿De verdad había ocurrido? ¡Había vuelto a mi mundo! –Sin viagra ni nada.-¿Cuándo tu, Percutor, has necesitado viagra?… –bufé con una risaSigue leyendo «Jóvenes seniles»